
21 de octubre de 2025
Por: Melisa Llanes y Lucía Leonardelli
¿Qué pasa si nos pasa? Apagón de Amazon Web Services
El día de ayer, la caída de Amazon Web Services (AWS) dejó sin servicio a millones de usuarios y a miles de empresas a nivel global. Plataformas bancarias, de compras y de comunicación y hasta sistemas internos de gestión quedaron fuera de línea durante horas.
Una falla técnica, un error humano, una sobrecarga… no importa el motivo: el resultado fue el mismo. El mundo digital se se vió afectado por un instante. Y en ese silencio ante la imposibilidad de operar, todos pensamos lo mismo: ¿Qué pasa si nos pasa?
🌩️ El espejismo de la nube
Durante años nos convencimos de que “migrar a la nube” era sinónimo de estar seguros, ser modernos y ganar disponibilidad. Pero la nube no es infalible; es infraestructura, no resiliencia. Cuando un proveedor global sufre una caída, no cae solo su sistema: se detiene parte del ecosistema que depende de él. Y ahí comprendemos que la externalización del riesgo no significa su eliminación, sino su traslado.
Los datos pueden estar en AWS, Azure o Google Cloud, pero la responsabilidad final —operativa, legal y reputacional— siempre será de la organización que los aloja.
Después de este incidente, queda claro que debemos aplicar medidas para que no nos toque de cerca.
La pregunta que toda organización debería hacerse
¿Estamos preparados para operar si nuestro proveedor crítico se cae durante 6 horas? ¿Tenemos un plan documentado y probado para continuar? ¿Sabemos quién debe decidir, comunicar, priorizar y ejecutar en ese escenario?
La mayoría de las organizaciones no. Y no porque falte conocimiento técnico, sino porque la resiliencia no se construye en medio de la crisis. Se diseña antes. Se practica. Se mide. Y se ajusta.
🛠️ La resiliencia no es un documento, es una cultura
Un Business Continuity Plan (BCP) o un Disaster Recovery Plan (DRP) son más que papeles firmados por cumplimiento normativo. Son guías vivas que deberían responder, minuto a minuto, qué hacer cuando todo deja de funcionar.
Algunas claves prácticas:
- Mapear dependencias críticas: ¿Qué servicios están alojados fuera y cuál es el impacto de su caída?
- Definir escenarios y tiempos de recuperación realistas.
- Probar restauraciones y accesos alternativos (VPN secundarias, canales de comunicación fuera del correo corporativo).
- Entrenar al equipo: un procedimiento que nadie conoce no existe.
- Simular incidentes: los simulacros revelan lo que los informes omiten.
Lo que nos enseña el apagón digital
La caída de AWS fue un recordatorio de que el riesgo tecnológico es transversal. No distingue tamaños ni industrias: afecta igual a startups, PyMEs o corporaciones. Y, sobre todo, demostró que la continuidad del negocio ya no depende solo de firewalls, sino de personas preparadas, procesos definidos y proveedores diversificados.
El entorno tecnológico exige un nuevo tipo de madurez: Pasar de la alta disponibilidad a la alta previsibilidad. Porque tarde o temprano, algo puede fallar y hay que adaptarse ante cualquier adversidad. La diferencia estará en quién se levanta primero.
⚡ ¿Querés saber “qué pasa si les pasa”?
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